Drones y actividad agropecuaria: ventajas y desafíos
Ayer.

Un encuentro en la Chacra Experimental tuvo como eje el uso de esta tecnología que crece a nivel mundial a pesar de las controversias

Ayer por la tarde se realizó una charla sobre el uso de drones en la actividad agropecuaria. El mismo tuvo lugar en la Chacra Experimental de Manantiales y contó con la presencia de productores, profesionales de actividades afines y estudiantes de la Escuela Agraria.

El Director de Cereales y Oleaginosas del Ministerio de Desarrollo Agrario y miembro de la Comisión Federal Fitosanitaria (CFF), Ing. Ramón Campomane, estuvo a cargo de la explicación sobre las perspectivas, limitaciones y ventajas de esta nueva tecnología. Participaron también representantes de empresas del sector; el director de la la Chacra Experimental, Ing. Matías Bailleres; personal del INTA; y por la Municipalidad de Chascomús, el subsecretario Ricardo Miccino y la directora Paula Campestre.

El uso de esta tecnología tiene impacto en la aplicación de fitosanitarios para el control de malezas, insectos y enfermedades. Aunque la pulverización con estas aeronaves no tripuladas sigue principios similares a la tradicional máquina terrestre o avión aeroaplicador, requiere aún de una regulación específica. Es así, que en nuestro país, no está permitido aún aplicar plaguicidas convencionales con drones, ya que aún no hay productos y protocolos de aplicación aprobados para estas aeronaves. El SENASA y las empresas de fitosanitarios trabajan en un marco regulatorio específico que dé respuesta a la creciente demanda de este sistema de aplicación.

La utilización de drones en el agro brinda una mayor versatilidad y capacidad de operación en zonas de difícil penetración; una aplicación más precisa y de menor impacto ambiental; ausencia de huellas por tránsito; mayor seguridad para el operador, amplio rango de velocidad y altura; y reduce costos operativos, de mantenimiento y de combustible. Sin embargo, el tamaño de la gota es menor, no cuenta con sistema de agitado, tiene una menor autonomía y una baja capacidad de tanque. Sólo permite mezclas simples y dosis bajas.

Se calcula que más de 500 millones de hectáreas anualmente en más de 100 países son pulverizadas con drones. En la región, Brasil y Uruguay son los países que muestran un mayor avance en el uso de esta tecnología. En este sentido, Argentina presenta cierto retraso en la adopción de este sistema pero se proyecta en crecimiento para los próximos años.