Hojas secas: el color del otoño
29/05/2025

Son una fuente importante de materia orgánica gracias a la gran cantidad de nutrientes que contienen

Si nos piden dibujar un paisaje de otoño seguramente las hojas secas serán una de las primeras cosas que tengamos en cuenta. Marrones y amarillos pintan las calles y los parques con una belleza única que oculta una gran riqueza de nutrientes. Esas hojas a veces asociadas a la melancolía o la tristeza, o tratadas como basura, son un tesoro para el ecosistema.

Son varias las formas en que las hojas que caen de los árboles se pueden aprovechar. Una de ellas, la más simple, dejarlas donde caen. La naturaleza es sabia, esas hojas secas aportan al suelo humedad, evitan la proliferación de yuyos y por supuesto, aportan nutrientes. En este sentido, se puede imitar a la naturaleza y juntarlas para mulching (acolchado) para la huerta o canteros, con el mismo propósito.

Se pueden apilar solas y hacer un compost de hojas, una de las opciones más ricas en nutrientes y más económicas si hablamos de abonar suelos. Otra opción es agregarlas al compost como material seco, junto a los restos de cocina (yerba, café, té, cáscaras de frutas y verduras, cáscaras de huevo picadas, corcho natural, papel de cocina) y los restos de jardín y de la huerta (flores, césped, chipeado, ceniza, aserrín de madera natural), donde cobran importancia por el aporte de carbono.

Todas opciones amigables con el ambiente, que reducen el impacto que tiene el uso de bolsas plásticas para su disposición final o peor, la quema en la vía pública, penada con multa por el artículo 33 bis del Código Contravencional vigente.

Hacerlo bien y hacerlo mal, insume el mismo tiempo. El cambio climático no es una cuestión dogmática para creer o reventar. Las pruebas están a la vista, en cada temperatura extrema, en cada fenómeno climatológico de nivel extraordinario. Un granito de arena sumado a otro granito de arena, hacen una playa. Tener conciencia social, separar la basura y descartarla correctamente, no sólo es respetar la vida de los demás, sino la vida propia y la de nuestra descendencia.